MÁS ALLÁ DEL DARWINISMO
El materialismo ateo es el dogma vigente en el mundo de la ciencia biológica. Gran parte del mismo se basa sobre la obra de Charles Darwin -- aun cuando, como siempre ocurre, los discípulos neodarwinistas de Darwin le hacen decir cosas que Darwin nunca dijo. No obstante, la enorme mejora de las herramientas al alcance de los biólogos (microscopios ópticos muy mejorados, microscopios electrónicos, aparatos de resonancia magnética nuclear, etc.) ha permitido ver y estudiar con gran detalle un elemento vivo que para Darwin y sus contemporáneos era una "caja negra" de la que nadie sabía que había en su interior: la célula.
Los descubrimientos de los últimos 50 años han generado hipótesis que marcan las fronteras más allá de las cuales las tesis darwinistas ya no resultan satisfactorias. Se han descubierto estructuras y procesos imposibles de explicar por la casualidad, la selección natural y la selección sexual, que son los pilares de la teoría de Darwin.
Esto no quiere decir que TODA la teoría de la selección y mutación de las especies debe ser tirada por la borda. Tal como lo sabe cualquier ganadero y cualquier agricultor, las especies cambian y la selección es posible. Lo que sucede es que la realidad estudiada por Darwin no es TODA la realidad. Hoy, aunque el materialismo dogmático no quiera admitirlo (todavía), sabemos que el darwinismo explica con razonable seguridad solo UNA PARTE de esa realidad que es la vida.
La otra parte, aun en estudio, ya ha generado algunas teorías que van más allá de los postulados neodarwinistas. La más interesante de todas es, en mi modesta opinión, la llamada teoría del Diseño Inteligente de la cual Michael Behe es uno de los representantes más destacados. Casi con total seguridad, la teoría del Diseño Inteligente, tal como hoy está formulada, no será la última palabra en la materia. Pero es un paso importante más allá del darwinismo y abre interrogantes que requerirán respuestas más que interesantes de la biología del Siglo XXI.