I. ¿Quién fue Leni Riefenstahl?
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Leni Riefenstahl ha sido una de las personas más fascinantes y también una de las más controvertidas del siglo XX. Las causas de este problema están vinculadas a la época del nacionalsocialismo en Alemania. Mucho se ha debatido sobre su persona y aún hoy se sigue debatiendo.
Nació en 1902, en Alemania. Fue una persona ampliamente versátil pues fue jugadora de tenis, nadadora, patinadora, esquiadora, atleta (saltadora en alto), escaladora, buceadora, pintora, poeta, escritora, bailarina de ballet (en donde se destacó a primer nivel), artista de cine, realizadora, guionista, productora, directora, fotógrafa, exploradora y todo esto para citar algunas de sus actividades. Parte de su extensa vida la pasó durante el ascenso y la caída del III Reich alemán.
En su juventud, cuando fue artista de cine y bailarina de ballet, fue una mujer sumamente bella, lo que provocó reiteradas y serias propuestas galantes de varios personajes del mundo intelectual alemán, incluso de Joseph Goebbels según lo que dice ella misma en sus Memorias. No obstante, en su autobiografía, Adolf Speer relata que Goebbels nunca admitió su simpatía por la cineasta, y que todos los chismorreos al respecto no eran más que "típica histeria femenina". Lo cierto es que Leni Riefenstahl cargó sobre sus espaldas y durante muchos años de su vida el hecho de haber sido una persona admirada por Hitler y además el haber filmado la famosa película titulada "El Triunfo de la Voluntad" (1934) en el cual documentó un congreso del partido nacionalsocialista. Pese a ello Leni Riefenstahl contaba en su equipo de trabajo con varios operarios judíos, situación que hacía incluso peligrosa su situación. Según relata la cineasta alemana, no tuvo empacho en interceder por ellos ante las autoridades del momento. La mayoría de sus protegidos lograron ponerse a salvo y refugiarse en Occidente. También varios de los colaboradores de Leni Riefenstahl fueron de ideología marxista tales como Bela Balázs (que se refugió en la Unión Soviética), Walter Ruttmann y G. W. Pabst que era Socialdemócrata. Riefenstahl incluso recibió una carta de felicitación manuscrita nada menos que de Josef Stalin, quien en la misma le expresaba su beneplácito y admiración por el film "Olympia". El portador intermediario de dicha carta personal fue nada menos que von Ribbentrop, que se había reunido con Molotov para cerrar aquél famoso Pacto Ribbentrop-Molotov entre el III Reich y la Unión Soviética.
II. Leni Riefenstahl y la idea de filmar los Juegos Olímpicos de Berlín
El Triunfo de la Voluntad |
Olímpico de Alemania – el que luego fuera Rector de la Escuela Superior de Deportes de Colonia – se apersonó en 1935 a la cineasta por un pedido muy especial del suizo Otto Meyer, Presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) en ese momento. El Prof. Diem le proponía a Riefenstahl que hiciera una película sobre los XI Juegos Olímpicos a disputarse al año siguiente en Berlín. Como ésta se creyó una simple actriz y no directora de películas – según sus propias palabras – se negó cortésmente a comprometerse con semejante tarea. Ante esta negativa los argumentos que esgrimió Diem fueron muy certeros en cuanto a que ella era una gran artista, que entendía mucho de deporte (en ese momento Leni Riefenstahl alternaba sus actuaciones de artista con el atletismo), y que con la película "El Triunfo de la Voluntad" había creado una verdadera obra maestra en un film sin argumento.
Estos puntos de vista de Carl Diem eran muy ciertos, pero Leni Riefenstahl expresó entonces una situación muy real: toda expresión cultural, sea en la forma de música, películas, libros, publicaciones periodísticas, religiosas y obras de teatro, debían de pasar por la aprobación de Goebbels, y era sabido que la relación entre ambos era bastante conflictiva, por decir lo menos. Riefenstahl estaba segura de que el Jefe de Propaganda le pondría palos en la rueda con cualquier pretexto. En este respecto el Prof. Diem fue muy claro: el COI era una organización internacional completamente independiente y en la cual ningún gobierno se podía meter e interferir. Además, sólo el COI podía permitir la entrada de cámaras fotográficas y filmadoras en los terrenos de la competición olímpica. Este organismo es completamente independiente de las ideas o razones políticas del país que eventualmente organiza los Juegos Olímpicos. Debido a estas argumentaciones Leni Riefenstahl tuvo posteriormente una entrevista con Otto Meyer haciendo Carl Diem de intermediario. Después de dicha reunión Leni Riefenstahl aceptó dirigir la película que se llamaría "Olympia".
III. Algunas Ideas sobre la Película "Olympia"
Leni Riefenstahl se enfrentaba ahora a un gran desafío dado que hasta el momento nunca se había hecho algo semejante. Pretendía hacer una película muy distinta, que no solo mostrara los Juegos Olímpicos a la manera de un noticiero, sino una obra de arte, de hondo contenido filosófico y artístico, que expresara el ideal olímpico y hasta las vivencias psicológicas de los atletas. La idea que empezó a surgir en su mente no era simplemente comenzar la película con el desfile de las delegaciones en la inauguración de los juegos, sino arrancar desde la quietud mística de las ruinas de la que fuera la ciudad de Olimpia, donde se efectuaron los Juegos Olímpicos de la antigüedad, mostrando sus distintos templos con las esculturas de Apolo y Paris, Aquiles y Afrodita, Medusa y Zeus. Luego estas figuras estáticas empezaría a tener movimiento, como si les entrara la vida. Esto se podría apreciar en la imagen del discóbolo de Mirón que desde su estatismo y por sustitución de un atleta real, empezaría a efectuar los clásicos movimientos de un lanzador. Esta superposición de imagen entre la estatua y la figura viviente fue representada luego por el musculoso decatleta alemán Erwin Huber, el cual luego obtuvo el cuarto puesto en dicha especialidad en los Juegos Olímpicos.
IV. La "Antorcha Olímpica"
Una de las excelentes ideas que surgió en el COI de aquella época – y por propuesta del Prof. Carl Diem – era efectuar una ceremonia en el mismo lugar de Olimpia, en Grecia. Esta ceremonia sería una especie de representación de carácter religioso, en forma similar a como se debió haber efectuado en la antigüedad. De esta manera, en dicho acto se encendería una antorcha que se transportaría por diversos países europeos en forma de relevos hasta el mismo estadio de Berlín. Con la antorcha que entraría de manera coincidente dentro del estadio luego que todas las delegaciones hubieran terminado su desfile, se prendería un pebetero que ardería durante el transcurso de la duración completa de los Juegos Olímpicos. Esto nunca se había hecho con anterioridad.
Por este motivo la cineasta se trasladó con su equipo a Grecia para filmar la simbólica ceremonia y algunos tramos del transporte de la antorcha en sus 7200 kilómetros hasta Berlín y atravesando 7 países. Para la filmación del curso de la antorcha se eligió a un joven que ocupó el cuarto relevo dado que recién en él se vio a una figura bella y digna, con la estructura física que debía representar a un atleta griego. Lo irónico fue que este "griego" resultó ser hijo de inmigrantes rusos y se llamaba Anatol. A pedido de él mismo, Anatol emigró casi inmediatamente a Alemania en donde se radicó. La historia cuenta que defendió a Alemania en la marina durante la II Guerra Mundial y que incluso sobrevivió a dicha conflagración. En la película Olympia se ve mediante imágenes superpuestas cómo la antorcha se transporta a través de los distintos países europeos hasta llegar al estadio de Berlín colmado con 100 mil espectadores.V. La Filmación de los Juegos Olímpicos.
La filmación de los Juegos Olímpicos de Berlín fue un éxito extraordinario, aunque ello no se logró sin dificultades. Si bien el COI le había garantizado a Leni Riefenstahl amplio apoyo para que filmara y fotografiara como ella creyera conveniente, los registros históricos de la época demuestran que ese organismo internacional no le dio todo el sustento que debiera haber recibido.
Leni Riefenstahl tuvo que lidiar, pelear con jueces de campo, con miembros de la seguridad, y hasta con el mismo Goebbels para instalar las cámaras y mover a sus ayudantes de manera conveniente. Los enfrentamientos en el estadio llegaron a ribetes bastante fuertes, al punto que algunos fueron observados hasta por las autoridades extranjeras. Lo paradójico es que nada menos que Hitler y en cierto momento también Hermann Göring frenaron a Goebbels para permitir que la cineasta pudiese desarrollar su trabajo sin interferencias.
Para efectuar tomas más efectivas y hasta siguiendo principios de plasticidad artística Leni Riefenstahl mandó cavar zanjas profundas para ubicar de mejor forma tanto las cámaras fotográficas como también los equipos de filmación.
Fotografiando desde una zanja |
Otro hecho interesante fue la filmación del salto con garrocha. Una disciplina deportiva que se inició en horas de la mañana y que finalizó sobre la noche. Surgió el mismo problema: no había luz suficiente ni películas con sensibilidad para tales filmaciones. Se les pidió entonces al campeón olímpico Earle Meadowns, y a los japoneses Nishida y Oe, quienes habían ocupado los puestos principales, que participaran entonces en una especie de "competencia" exclusivamente para efectuar la filmación, disponiéndose en este caso de reflectores suficientemente potentes.
Jesse Owens (izq) y John Woodruff (der.) |
Los resultados fueron excelentes pero lo que realmente se ve en el film "Olympia" no es la propia competencia sino este "simulacro". Además se pueden apreciar las excelentes tomas de las carreras de 100m, el salto en largo, los 800m, los 1500m y la maratón. La filmación de las 3 primeras disciplinas citadas merece un comentario especial. A alguien de la burocracia del Partido se le había dado por transmitir la orden de no filmar mucho a los atletas negros. Leni Riefenstahl ni siquiera consideró la directiva y no tuvo ningún reparo en filmar a Jesse Owens en su victoria de los 100m y en el salto en largo, incluso con varias tomas y en cámara lenta. En cuanto a los 800m, en donde se impuso el atleta negro norteamericano John Woodruff por sobre el candidato de la Italia fascista, Mario Lanzi, la carrera se filmó entera, al igual que los 1500 metros, con un excelente juego de cámaras para efectuar las aproximaciones. Leni Riefenstahl quiso captar esta disciplina dado que participaba el único deportista que Nueva Zelanda había enviado a los juegos, Jack Lovelock, que fue precisamente el que triunfó con récord mundial y olímpico. En la filmación de la prueba de salto en alto Leni Riefenstahl no ahorró película para filmar a los negros americanos Cornelius Johnson y David Albittron que ocuparon los puestos de privilegio.
La filmación de la maratón fue de orden superlativo y se enfocó desde todos los aspectos, el humano, el técnico, el táctico y aún el emocional. Podemos considerarla como uno de los momentos centrales de todo el film "Olympia". Obviamente toda esta película fue más que atletismo dado que también se ven momentos estelares de la natación, esgrima, gimnasia, equitación, remo (¡con cámaras instaladas en los propios botes!), ciclismo, con una dramática filmación de la prueba de ruta de 100 kilómetros, etc. La música de fondo fue compuesta por dos artistas como Walter Gronoslay y Herbert Windt, y estuvo muy de acuerdo a las circunstancias que se vivían durante el desarrollo de las competiciones, destacándose especialmente en la maratón, el ciclismo y el "ocho" de remo.
VI. El problema de la fecha de estreno del film "Olympia"
El estreno de la película también generó discusiones entre Goebbels y la cineasta. Goebbels exigía que la película se exhibiera ni bien finalizaran los Juegos Olímpicos dado que, según su opinión, pasado un tiempo la gente perdería interés y todos se olvidarían de los Juegos. Sin embargo Leni Riefenstahl antepuso el argumento que una película de estas características exigía mucho más tiempo dado que se tenían que compaginar las filmaciones que habían efectuado nada menos que 300 cámaras durante 16 días.
VII. La compaginación y la exhibición de "Olympia"
A esta altura hay que destacar algunos otros aspectos técnicos sobre el film "Olympia". Obviamente para el mismo no se contaba con los adelantos electrónicos y computarizados de la actualidad. Es cierto que el cronometraje de varias de las competencias se efectuó en forma electrónica, de manera parecida a como se hace en nuestros días. También es cierto que se instalaron en la propia ciudad de Berlín varios aparatos de televisión para que los habitantes de dicha ciudad pudieran ver los Juegos mediante el sistema de circuito cerrado. Pero en ese entonces no se contaba por ejemplo con helicópteros y algunas tomas desde lo alto se efectuaron instalando cámaras ¡en globos que remontaban hasta cierta altura!
También se planteó el problema del tipo de película a utilizar, ¿Kodak?, ¿Agfa? o ¿Perrutz" (esta última recién había salido al mercado internacional). Los técnicos que trabajaban para Leni Riefenstahl pudieron comprobar que para cada situación los materiales prestaban diferente utilidad y por tal motivo se optó por efectuar las combinaciones adecuadas: para las tomas tipo "arquitectónicas" se prefirió Agfa, las tomas tipo "retrato" tuvieron mejor resultado con Kodak mientras que para las tomas que tenían mucho verde, como ser los campos de juego, el nuevo Perrutz ofrecía una luminosidad excelente. Obviamente en ese entonces no existían todavía películas en color y solamente se estaban realizando algunas experiencias aisladas.
La filmación inicial y total de los Juegos Olímpicos implicó nada menos que 400 mil metros de película, de los cuales se empezó a efectuar un descarte que llevó varios meses. La cifra anteriormente señalada quedó reducida en primera instancia a 100 mil metros, y esto se redujo finalmente a solo 6 mil escogidos con sumo cuidado. Lo complejo del problema se pudo resolver en muchos aspectos recién después de haberse efectuado la filmación. Esto se debe a que, en una película con argumento, el guion ya está expuesto con suficiente antelación por lo que se sabe de antemano qué es lo que se filmará. Pero en cuanto a la filmación de unos Juegos Olímpicos se plantean interrogantes en cuanto a ¿cuál será el momento estelar de la competición?, ¿en cuál disciplina se establecerá un récord mundial? En las películas con argumento esto se sabe de antemano, pero en el caso de los deportes, no. Esto hace necesario filmar absolutamente todo, lo que trae aparejado otro problema: la compaginación.El llegar a la reducción final desde los 400 mil a solo 6 mil metros de película con su correspondiente compaginación, tuvo un enorme costo horario; prácticamente 24 horas diarias de trabajo con un equipo de personas que estuvieron casi aisladas del mundo. Pero aún en este punto había que ser muy cuidadoso, dado que Leni Riefenstahl quería efectuar una buena "arquitectura" para la compaginación final: cómo comenzar y terminar la película, donde ubicar los momentos relevantes o culminantes, los de máxima tensión, la alegría o la desilusión del público, a lo cual había que agregarle la compaginación musical para que coincidiera con la acción deportiva. Hubo que cortar, cortar y luego empalmar durante meses y meses. En la actualidad existe tecnología específica para ello lo que permite un trabajo muy rápido, pero en ese entonces todo esto había que hacerlo manualmente. Esta agotadora tarea se prolongó hasta Enero de 1938, con el obvio disgusto de Goebbels.
VIII. El estreno de la película "Olympia"
El estreno terminó fijado para el mes de marzo de 1938, pero a último momento surgió otro problema: Alemania y Austria habían acordado el histórico "Anschluss" con lo cual en el futuro ya no serían dos, sino un solo país. La euforia que se estaba viviendo por este motivo hizo olvidar al deporte para gran desazón de Leni Riefenstahl con todo su equipo de trabajo. Fue nuevamente Hitler el que tuvo que intervenir en el asunto y zanjó el debate en forma draconiana determinando que el estreno de la película "Olympia" sería el 20 de Abril: la fecha de su cumpleaños.
Demás está decir que esa fecha se respetó. El estreno se llevó a cabo con la presencia de una enorme audiencia, incluida toda la plana mayor del ejército. El éxito fue enorme y durante la proyección se escucharon varias veces los aplausos del público. La verdad es que Goebbels no censuró la obra, ni antes ni después de estrenada. Leni Riefenstahl armó su película con el tiempo suficiente para hacerla como ella quería y no suprimió las imágenes de los atletas negros. Nadie dijo una sola palabra al respecto. El día del estreno todo eso fue olvidado. Leni Riefenstahl recibió un gran reconocimiento por su labor, tanto del Partido Nacionalsocialista como de la crítica periodística artística y deportiva. La película saltó luego al estrellato mundial. Recibió premios en varias capitales europeas: Oslo, Viena, Copenhague, bienal de Venecia, París, etc.
En algunos casos se quisieron exigir algunas condiciones para la proyección de la película. Se exigió, por ejemplo, suprimir las escenas en las cuales aparecía Hitler y/o su comitiva (y eso fue antes que comenzara la II Guerra Mundial). Sin embargo, Leni Riefenstahl se mantuvo muy firme ante esta situación: así como no había suprimido a los atletas norteamericanos negros ante las propias narices de las autoridades alemanas, tampoco permitió que se suprimieran las escenas en las cuales aparecía Hitler. En todos los casos la decisión de Leni Riefenstahl tuvo que ser respetada y es así como en la actualidad podemos ver esta filmación.
IX. El film "Olympia" en la actualidad
Ya han pasado muchos años desde los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 y el estreno del film "Olympia" en 1938. ¿Cómo podemos considerar en los días actuales a esta película? Debemos hacerlo dentro del propio contexto de su época. El mundo del atletismo, por ejemplo, ha cambiado radicalmente. Las técnicas de los saltos y lanzamientos han evolucionado hacia estructuras gestuales y temporales insospechadas para aquella época en Berlín. No se podría ya tomar como modelo técnico a la mayoría de las disciplinas atléticas de aquél tiempo y lo mismo podemos decir respecto de la gimnasia, la natación, la esgrima, el ciclismo, etc.
Sin embargo existen otros aspectos del film "Olympia" que superan el contexto de su época y lo convierten en un film perdurable, que se proyecta como una flecha a través del tiempo, y que sigue constantemente su dirección hacia el futuro sin detenerse. El film de Leni Riefenstahl en ciertos aspectos es siempre actual por más que en aquél entonces no se podía contar con láseres, computadoras y cámaras de vídeo. En el deporte competitivo existen los récords, las mejores performances, que luego duran de acuerdo a la calidad de los mismos. Hay registros deportivos que son quizás fáciles de mejorar mientras que existen aquellos que cuestan mucho y por dicha causa duran largo tiempo porque constituyen récords difíciles de superar. La película "Olympia" tiene también su récord y aún después de muchos años sigue en un sitial de honor. Es que es ¡un récord difícil de mejorar! Muchos han querido hacer desaparecer esta película, o quizás hasta mutilarla, pero pese a ello sigue tan vigente como el día de su estreno y como tal la tenemos muchos de nosotros en el estante de nuestras propias videotecas personales.
Finalmente cabe la pregunta: ¿qué fue de Leni Riefenstahl? A mediados de los años cincuenta se internó en el África con su equipo y estuvo en directo contacto con los nativos Nuba, los cuales prácticamente no habían tenido contacto con otras civilizaciones. Leni Riefenstahl llegó a convivir y trabar amistad con ellos, y hasta pudo aprender razonablemente su idioma. Publicó varios libros con numerosas fotografías de esta tribu africana. Fue defensora y protectora de estos nativos y dedicó buena parte de su vida a dar a conocer la cultura de esta gente. Más adelante, y contando ya casi 75 años, aprendió a bucear con tanque de oxígeno y efectuó excelentes filmaciones a varios metros debajo de la superficie del agua en el Océano Índico, inclusive entre tiburones.
La actividad deportiva de Leni Riefenstahl no se cerró con la filmación de los Juegos Olímpicos de Berlín. En 1972 fue contratada por la Sunday Times Magazine para ser su fotógrafa en los Juegos Olímpicos de Munich. Luego de los mismos, la Embajada Norteamericana organizó una recepción donde Leni Riefenstahl fue invitada y se volvió a encontrar con un viejo conocido: el recordado Jesse Owens.
En 1982 el COI la homenajeó entregándole una copa de oro en reconocimiento a su film "Olympia". En 1998 el Time Magazine festejó sus 75 años en el Radio City Music Hall de Nueva York. A la fiesta fueron invitadas solamente dos personalidades alemanas: Claudia Schiffer y Leni Riefenstahl, la cual contaba ya nada menos que con ¡96 años de edad! En el año 2000, y ya con 98, Leni Riefenstahl retornó al Sudán a visitar sus viejos amigos, los Nuba, a quienes no veía desde hacía 23 años. Con prácticamente casi un siglo de edad continuó haciendo proyectos para el futuro.
Falleció mientras dormía, en su casa de Pöcking, Alemania, a los 101 años de edad, el 8 de septiembre de 2003.
Tumba de Leni Riefenstahl y Horst Kettner, su último marido. |
En sus memorias, Riefenstahl dice que Goebbels en un cine, durante el estreno de una película, la manoseó por debajo de la pollera.
ResponderBorrarEn cuánto a lo que cita de las memorias de Speer, ¿se refiere a los diarios de Spandau?
Muchas gracias.
Riefenstahl y Goebbels se odiaban mutuamente. Riefenstahl constantemente desafió y desobedeció la autoridad de Goebbels y éste, por su parte, nunca pudo aceptar que una mujer que hacía lo que se le daba la gana contara con tanto apoyo de parte de Hitler.
ResponderBorrarPersonalmente no daría mucho crédito a la anécdota. Riefenstahl era tremendamente talentosa pero también tenia su lado difícil: vivía creyendo que todo el mundo estaba enamorado de ella y se enojaba muchísimo cuando tenía que admitir que eso no era cierto. No me extrañaría en absoluto que esa observación en su libro fuese simplemente una venganza póstuma. Goebbels no fue nunca lo que se dice un mujeriego, pero sus asuntillos los tuvo y ciertamente no tenía ninguna necesidad de aprovechar la oscuridad del cine para iniciar una relación de esa forma tan chabacana y torpe.
En cuanto a Speer: si mal no recuero la cita proviene de la autobiografía que escribió luego de salir en libertad.
Es verdad, y algo innegable es que el matrimonio Goebbels amaban a sus hijos, yo estoy leyendo los diarios de Goebbels 1939-1941, espero conseguir "Inside the third reich" de Speer, un muy cordial saludo.
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