lunes, 31 de julio de 2023

LA CENSURA

Denes Martos

Libertad de expresión
es poder decir lo que 
la gente no quiere oír.
George Orwell

La censura es indulgente con los cuervos
pero no da cuartel a las palomas.
Juvenal

Cada vez que vemos una injusticia
y no actuamos estamos entrenando
nuestro carácter para ser pasivos
y eventualmente perdemos la habilidad
de defendernos y defender a los que amamos.
Julian Assange

LOS SÓTANOS Y LAS CLOACAS DEL SISTEMA


Hay por allí un párrafo en esa famosa Constitución que Don Juan Manuel de Rosas llamaba "ese cuadernito", que habla de algo así como que está garantizada la libertad de expresión, — o de prensa, lo mismo da  sin censura previa. 

Pues, lamentablemente, no es así.  

Aparte de que hay un montón de cosas muy lindas, supuestamente "garantizadas" en esa Constitución de la Nación Argentina de 1994 pergeñada por un par de abogados dizque garantistas, la pura verdad es que más de la mitad de las garantías, o bien simplemente no existen en la vida real, o bien se cumplen a desgano y a medias, o bien solo disponen de ellas quienes pueden pagarlas, o bien las pueden gozar gratis solo quienes están totalmente imbuidos de una inamovible fe en el dogma liberal y su inimputable vástago político: la Democracia. Así, con mayúscula. Obviamente incluyendo en esto último a los revoltosos progresistas, que antaño se llamaban bolcheviques, luego comunistas, y hoy operan bajo la capa protectora de liberales de izquierda.  Algo que, en realidad, nunca dejaron de ser desde la Revolución Francesa en adelante, solo que empezaron siendo revolucionarios, luego pasaron a ser burócratas de la nomenklatura, y terminaron siendo piqueteros, cortacalles y karatekas del teclado que tuvieron que admitir que Lenin estaba equivocado y probablemente Gramsci tenía razón.

Por la época de Robespierre y sus amigos, quienes no se avenían al dogma liberal terminaban "acortados en su estatura por el largo exacto de una cabeza", como le gustaba decir a Stalin.  Ya sea en forma individual  como le terminó pasando al mismo Robespierre  o bien en forma genocida — como, por ejemplo, en la Vendée. Lo mismo hacía Stalin con los que lo molestaban, en forma personal con un agujero de 9 mm en la cabeza, o bien mandándolos al Gulag, o bien matándolos masivamente de hambre, como por ejemplo en el Holodomor.       

De cualquier manera que sea, no gritar ¡Vive la République! en el París liberal de 1793 fue exactamente tan peligroso como, 140 años más tarde, no gritar Da zdravstvuyet nash batyushka Stalin! en la Rusia soviética de 1933 (que, según el traductor automático de Google significaría  "¡Viva nuestro padrecito Stalin!"). Es que los liberales, sean de derecha o de izquierda, no son liberales para nada con los que no están de acuerdo con ellos. O lo son, pero les avergüenza confesar que el liberalismo es así. 

Hoy mismo, sálgase Usted de la línea de lo "políticamente correcto" y agárrese. Porque lo que se le va a venir encima es el famoso "ninguna libertad para los enemigos de la libertad " de Saint Just. Porque, como escribió Vladimir Volkoff en ese delicioso opúsculo titulado "Por qué soy medianamente democrático", :

Ninguna libertad para los enemigos de la libertad” es el eslogan absolutista, característico de la mentalidad democrática y que, por otra parte, podría justificarse con el demócrata diciéndole al no-demócrata: “Si usted no quiere aplicar mis reglas, abandone el juego y, en ese caso, lo meto preso” .

Y vamos al motivo de esta nota.

Hace unos días, tuve la osadía de recomendar una película por FaceBook. 

No pude.

Marquitos MontañaDeAzúcar y su gente hicieron uso de su oficio de Gran Hermano y directamente me lo prohibieron. Vean el mensaje (obviamente lo anotado en rojo es agregado mío):


Como la mayoría de ustedes ya sabrá, esta película trata del tráfico de niños por las redes de pedofilia y narcotráfico. Lo primero que se me ocurrió pensar ante esta casi histérica reacción contra la película que la pedofilia no es ninguna novedad. Hace años que venimos hablando de pedofilia. ¿O es que está permitido hablar de pedofilia solamente cuando sirve para denostar a la Iglesia católica, o a un par de artistas famosos, pero está prohibido mencionarla en otros casos? ¿No hay multimillonarios pedófilos? ¿Nunca hubo famosos "líderes" mediáticos pedófilos?

Me pregunto quién se habrá sentido "ofendido" por mostrar lo que sucede en el mundo subterráneo de nuestra actual civilización.  No me cuesta mucho imaginar, con un grado que considero aceptable de certeza, quienes son los que una película así puede molestar. Ofender es otra cosa.

Sobre todo porque la película está bien hecha. No tiene golpes bajos, no hay detalladas escenas de sexo ni de sadismo; y no por eso el guion esconde algo. Está armada con bastante buen ritmo; las dos horas que dura se soportan sin bostezos, no hay tiroteos ni persecuciones que duren media hora y tampoco hay moralinas burguesas propias de tías escandalizadas. 

Lo que hay es un relato. Un relato bien narrado que termina convenciendo. Al menos en lo esencial. Seguramente los exquisitos puristas de siempre, los eternos inconformes buscadores del pelo al huevo, hallarán cosas para criticar. Como que la CIA, que el FBI, que los narcos colombianos, que vaya uno a saber el arreglo que hubo, y que seguramente hay un frondoso y largo etcétera detrás de todo esto. Lo que esta vez los eternos buscadores de pelos no van a poder decir es que se trata de "oposición controlada". 

Porque está demostrado que se trata de una oposición censurada por quienes detentan el poder real y no les gusta para nada que se muestre lo que se cocina en los sótanos y en las cloacas del sistema. Y no les gusta porque en esos sótanos y por esas cloacas circula mucho, muchísimo dinero. Y ese dinero compra mucho, muchísimo Poder. Tanto poder y dinero que hasta puede comprar niños.

Y a esas personas no les gusta para nada que vengan los que hicieron la película para decirles:


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PD: Confieso que lo pensé mucho antes de poner el vínculo a la película. No porque temo que blogspot me censure igual que facebook. Si lo hace, una mancha más al viejo tigre no le hará nada en absoluto. Lo que no quise es restarle audiencia a la película en los cines. La gente que la hizo se endeudó hasta la coronilla y realmente necesitaba recuperar la inversión. Pero hubo un par de cosas que me convencieron para hacerlo.
Primero, por suerte el éxito de taquilla fue fenomenal y, por lo que sé, los realizadores ya recuperaron y sobrepasaron su inversión. Segundo, estimo que tardará en llegar a la Argentina y, si llega, probablemente será en tiempos electorales, cosa que restará impacto. Tercero, ya se anunció que en Salvador, por iniciativa del propio Bukele, mucha gente puede verla gratis y Cuarto: los mismos productores y promotores regalan entradas con tal de que la gente pueda ir a verla.
Así y todo: si pueden y la película que vieron aquí los convence, traten de comprar al menos una entrada. Si no quieren verla dos veces, regalen esa entrada a alguien que no la haya visto. 
La película es buena. Vale la pena verla.
Gracias!


 


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